Ansiedad y depresión

Recientemente, distintos medios de comunicación han publicado datos sobre síntomas y problemas en salud mental, visibilizando un problema que ya no podemos seguir tapando. Desde el inicio de la pandemia, la ansiedad y depresión son cuatro y tres veces más frecuentes de lo que lo eran habitualmente, según reporta la Organización Mundial de la Salud.

Aunque consideramos complicado definir en pocas palabras dos términos que contienen distintas formulaciones y múltiples formas de manifestarse, nos gustaría hablaros sobre estas dos problemáticas.

Podríamos definir ansiedad como: estado emocional de nerviosismo y agitación que se experimenta a nivel corporal (tensión muscular, sudoración, palpitaciones, dificultad para respirar) y mental (sensación de sobrecarga mental, anticipaciones y rumiación), que se genera cuando el cerebro detecta que se enfrenta a algo peligroso (interno o externo). Nuestros sistemas de aviso internos nos alertan y nos preparan para defenderse o salir de una situación peligrosa (por eso el cuerpo se sobre activa, los músculos se tensan y el cerebro se revoluciona). Ante situaciones específicas y de un peligro real, la ansiedad nos ayuda a protegernos. Pero comienza a desprotegernos cuando se activa de manera indiscriminada, ya que incluso aunque el peligro no sea real, se vive como tal. Aquí es cuando comenzamos a hablar de síntomas o trastorno de ansiedad.

Podríamos definir depresión como: estado emocional de tristeza mantenido a lo largo del tiempo, caracterizado por bajo estado de ánimo, apatía, desmotivación, sensación de incapacidad y pérdida de disfrute en actividades que antes resultaban satisfactorias. Hay un marcado sentimiento de inutilidad y/o culpabilidad excesiva o inapropiada y una dificultad para tomar decisiones. Cuando una persona se siente deprimida, se muestra desesperanzada con respecto a sí misma, sus capacidades, el mundo y su futuro.

 

En qué se parecen ambos trastornos

  • Síntomas: la indefensión, el miedo al fracaso y a la evaluación negativa, como elementos centrales en ambos. A nivel cognitivo, aparecen dificultades en la atención, concentración y en la memoria. A nivel mental: existe una distorsión en el procesamiento de la información.
  • Consecuencias: los síntomas afectivos, cognitivos, conductuales, motivacionales y fisiológicos pueden ser tan intensos que causan dificultades familiares, laborales y sociales. En ambos contextos, la persona tiende al aislamiento.
  • Evitación vivencial: en ambos los síntomas se mantienen porque hay emociones que la persona no se permite sentir. El estado de alerta mantenido en la ansiedad puede llevar a la persona a evitar las situaciones que “disparan” su ansiedad. Y en la depresión, la evitación suele ser de las emociones que sienten que les podrían hacer empeorar: decepción, inseguridad, incapacidad, miedo al rechazo, etc.
  • Pérdida de control: Los pensamientos y emociones pueden dirigir la vida de la persona en vez de ser ellos mismos quienes toman sus decisiones de forma consciente.
  • Alteraciones en el sueño y en el apetito: la persona puede parecer insomnio o hipersomnia. El apetito, generalmente tienda a disminuir en la ansiedad y en la depresión a aumentar. En ambos casos, suele verse alterado.
  • Neuroquímicamente: en ambas hay una disminución de los niveles de serotonina y noradrenalina.
  • Comorbilidad: Cuando el cuerpo lleva mucho tiempo experimentando miedo en muchas situaciones, la persona siente que con sus recursos no puede enfrentarse al mundo, por lo que se puede acabar generando un estado de indefensión, asociado con la depresión.
  • Tratamiento: las dos se tratan con procedimientos similares en psicoterapia, y ambas pueden acompañarse de tratamiento farmacológico.

 

Ansiedad y depresión: Cuáles son las principales diferencias

Orientación

En la depresión: la persona se centra en el pasado, analizando y culpándose por sus acciones en el pasado, quedándose anclado a él, bloqueando el avance hacia el futuro.
En la ansiedad: el miedo se focaliza en el futuro, analizando y anticipando los posibles peligros con los que puede encontrarse, con el temor de que sucedan las predicciones negativas que ha interpretado.

Causa emocional

En la depresión: suele haber un suceso, que la persona percibe como un fallo o una pérdida.
En la ansiedad: aparece ante un evento circunstancial que ha sido percibido como una amenaza.

Estado de ánimo

En la depresión: el estado de ánimo puede variar mucho a lo largo del día.
En la ansiedad: el estado de ánimo suele ser más estable a lo largo del día.

Síntomas emocionales

En la depresión: la emoción principal es la tristeza. Suele aislarse del mundo, intentando no conectar con lo externo.
En la ansiedad: la emoción principal es el miedo. Puede aislarse, aunque intentará estar pendiente de todo lo externo para intentar controlar y prevenir un posible peligro.

Síntomas fisiológicos

En la depresión: hay una hipoactivación; estado bajo de energía, movimiento lentos y disminuidos.
En la ansiedad: hay una hiperactivación; con movimientos rápidos y con mucha energía.

Sesgos en la interpretación de la información

En la ansiedad: sobreestimación del  grado  de  peligro  asociado  a  las  situaciones  y  de  una  infravaloración  de  las  propias  capacidades  de  enfrentamiento.
En la depresión: sesgo en el procesamiento de los sucesos que implican una pérdida o deprivación. Se valora excesivamente  esos  sucesos  negativos,  se  consideran  globales,  frecuentes e irreversibles. Aparece una visión negativa del yo, del mundo y del futuro.

Como habéis podido observar hay diferencias evidentes entre ansiedad y depresión pero también grandes similitudes que en muchas ocasiones dificultan el diagnóstico. Frecuentemente, nos vamos a encontrar que una persona que padece ansiedad, tiene síntomas depresivos y viceversa. Los trastornos psicológicos no son puros, y los síntomas pueden solaparse. Por ello, lo que en terapia nos parece importante es que una vez escuchado el motivo de consulta y observado los síntomas en el presente, tenemos que analizar la historia de la persona para entender qué le ha llevado a la situación presente. Esto es lo que nos permitirá trabajar desde los síntomas hacia sus problemas reales y así ayudar a la persona a salir de esta situación.

Si os ha surgido cualquier duda, o os habéis sentido identificados con lo descrito sobre ansiedad y depresión, no dudéis en contactar con nuestro equipo de psicólogas. En Promethea, nuestro centro de Psicología en Granada, estaremos encantadas de atenderte. La atención psicológica puede ser como terapia online o presencial. ¡Gracias por leernos!

 

Artículo escrito por
Rocío Pérez Lobato
Psicóloga de infantil y adultos y
co-directora en Centro de Psicología Promethea

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