¿Qué son las funciones ejecutivas?
El término funciones ejecutivas lo propuso Muriel Lezak en 1982. Las podemos definir como el conjunto de actividades mentales complejas, que son necesarias para controlar y autorregular nuestra conducta. Las funciones ejecutivas son necesarias para organizar, planificar, guiar, regular y evaluar nuestro comportamiento para adaptarnos eficazmente al entorno y alcanzar nuestras metas. Podríamos decir entonces que este concepto reúne un conjunto de habilidades cognitivas, afectivas y comportamentales que acaban siendo una especie de director de orquesta que guía nuestras acciones.

¿Para qué sirven las funciones ejecutivas?
Este conjunto de habilidades cognitivas es de gran importancia, ya que las usamos continuamente en nuestro día a día.
Por ejemplo, son necesarias cuando nos levantamos por la mañana y planificamos nuestro día, qué vamos a hacer y en qué orden, cuánto tiempo tardaremos, qué necesitaremos, modificar nuestro plan ante algún imprevisto, etc.
Las funciones ejecutivas también tienen un papel crucial en los estudios: permiten controlar la atención, organizarnos para estudiar un examen, resolver problemas, planificar los deberes, etc.
En definitiva, las necesitamos para adaptarnos al medio y resolver problemas a partir de la integración de la información que recibimos de este. Sin ellas, nuestra conducta no sería eficaz y nuestros planes y metas no se cumplirían como esperamos.
Funciones ejecutivas más importantes
En la actualidad no existe un consenso exacto sobre cuántas son estas funciones ejecutivas, pero sí acerca de cuales son las habilidades que las componen.
Podemos distinguir principalmente siete:
- Memoria de trabajo: capacidad para almacenar temporalmente datos y procesarlos. Necesaria para manipular la información y transformarla mientras realizamos una tarea (lectura, cálculos matemáticos, seguir instrucciones…).
- Flexibilidad cognitiva: habilidad que nos permite realizar cambios en algo que ya estaba previamente planeado, adaptarnos al entorno y a circunstancias inesperadas.
- Inhibición de respuesta: capacidad para elegir una opción entre diferentes alternativas, en función de si es correcta o no. Nos permite pensar antes de actuar, tomarnos el tiempo para decidir qué hacer en función de la situación.
- Velocidad de procesamiento: capacidad de procesar información en un tiempo determinado. Se define también como el tiempo que pasa desde que aparece un estímulo hasta que elaboramos una respuesta.
- Fluidez verbal: capacidad para producir una cantidad determinada de palabras en un periodo de tiempo. Es la habilidad que nos permite desarrollar un discurso coherente y desenvolvernos con eficacia en el área del lenguaje.
- Planificación: capacidad para organizar un plan de acción para conseguir nuestros objetivos. Nos permite organizar nuestro día, y decidir en qué orden es más eficaz seguir los pasos necesarios para conseguir aquello que nos hemos propuesto.
- Control atencional: capacidad para dirigir la atención hacia una tarea y mantenernos en ella, así como desatender los estímulos que son irrelevantes.
Funciones ejecutivas en niños
Las funciones ejecutivas en niños están aún en desarrollo y son esenciales para su rendimiento escolar, su autonomía y su capacidad para regular sus emociones. Cuando un niño tiene dificultades en memoria de trabajo, control inhibitorio o flexibilidad cognitiva, suele mostrar problemas en seguir instrucciones, organizarse, concentrarse o manejar la frustración.
Las funciones ejecutivas en el aprendizaje son determinantes: permiten mantener la atención, organizar la información, gestionar el tiempo, resolver problemas y controlar la impulsividad. Sin un buen desarrollo ejecutivo, estudiar se vuelve mucho más complicado.
Funciones ejecutivas del cerebro
Algunos ejemplos claros de funciones ejecutivas serían: recordar varias instrucciones a la vez (memoria de trabajo), esperar el turno sin interrumpir (control inhibitorio), cambiar de estrategia cuando algo no funciona (flexibilidad cognitiva) o planificar los pasos necesarios para hacer los deberes (planificación).
Existen muchas actividades para mejorar las funciones ejecutivas, como juegos de normas, actividades de cambio rápido, planificación de tareas, rutinas visuales, juegos de memoria, actividades deportivas con reglas o ejercicios para trabajar la regulación emocional.
Cuáles son las 7 funciones ejecutivas
Aunque existen distintas clasificaciones, de forma práctica se suelen agrupar en 7 funciones ejecutivas fundamentales:
- Memoria de trabajo
- Control inhibitorio
- Flexibilidad cognitiva
- Atención sostenida
- Planificación
- Organización
- Resolución de problemas y toma de decisiones
Cómo entrenar tus funciones ejecutivas
Como hemos visto hasta ahora, las funciones ejecutivas son fundamentales en nuestra vida cotidiana.
La ciencia ha demostrado que la experiencia y el aprendizaje modifican la aparición de nuevas conexiones neuronales (denominado sinapsis) en nuestro cerebro, lo que conlleva a la mejora de nuestro desempeño cotidiano.
Hoy en día existe una amplia variedad de ejercicios y actividades que podemos realizar para entrenar nuestras habilidades cognitivas, en función de la edad y situación particular de cada persona.
Existen actividades para ejercitar las distintas funciones de manera global o ejercitando una capacidad en concreto; sin embargo, un mismo ejercicio entrena más de una capacidad cognitiva y una misma capacidad cognitiva puede ser trabajada por diferentes ejercicios.
Como podemos observar, las funciones ejecutivas están interrelacionadas y todas funcionan de manera coordinada.
Si crees que puedes necesitar ayuda para entrenar y mejorar las funciones ejecutivas, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo.
En Promethea, nuestro centro de psicología en Granada, contamos con una pedagoga y un equipo de psicólogos en Granada que puede ayudarte a conseguir tus metas. Puedes elegir la modalidad de terapia online o presencial, como mejor se ajuste a tus necesidades. En cualquier caso, no dudes en ponerte en contacto con nosotras, estaremos encantadas de atenderte. ¡Gracias por la confianza!
Artículo escrito por
Mónica Jaramillo
Pedagoga en Centro de Psicología Promethea


